Somos muchas las que decimos “¡Esta vez sí regreso al gimnasio, no más excusas!”. Pero pasadas las primeras semanas de esfuerzos, nuestro motivación se derrite como una nieve al sol. Olvidamos todas nuestras resoluciones y volvemos con nuestro mejor enemigo: el chocolate (o el queso, o las papas fritas, o un poco de todo esto…).
Aquí te brindamos algunos consejos para no desanimarte y ¡hasta rebasar tus objetivos!
Escribe un diario
Te permite guardar evidencia de tus compromisos, seguir tus progresos, tu estado de ánimo, etc.
Anota una línea cada día. Entre más presentes tienes tus objetivos, más fácil será cumplirlos.
Ponte objetivos a corto plazo
Tus objetivos tienen que ser alcanzables a corto plazo.
Empieza, por ejemplo, con hacerte a la idea de que a finales de mes, habrás hecho 8 sesiones de cardio y 8 sesiones de refuerzo muscular. O que a finales de semana, habrás corrido tantos kilómetros o hecho tantos minutos de esfuerzo.
Escribe tus objetivos en tu diario. Y cuando alcanzaste uno, vuelve a escribirle aumentando su dificultad.
En el caso de que no lo hayas alcanzado, no culpabilices y vuelve a empezar la semana siguiente con el mismo objetivo.
¡Olvida tu báscula!
Sí, todas tenemos tendencia a ponernos objetivos en cuanto al peso. Pero el músculo es más denso que la grasa y así nuestro cuerpo puede verse más delgado cuanto el número en la báscula aumentó. Es entonces una herramienta poco fiable.
Toma tus medidas y fotos antes/después
Las fotos no mienten. Y tomar tus medidas es la mejor manera de notar objetivamente tus resultados y mantener tu motivación intacta. Haz uso de tu diario y anota cada semana las pérdidas de centímetros en la zona de tus brazos, pecho, caderas, vientre, muslos, por ejemplo.
También tómate fotos con short y sostén, de frente y de perfil, para poder notar la evolución de tu silueta y motivarte más.
Toma fotos cada dos semanas o cada mes y disfruta el resultado.
¡No te quedes sola para mantener la motivación!
Que sea en la red o en la vida real, habla con gente que hace deporte regularmente, para que te ayuden a mantenerte motivada. En el mejor de los casos, hasta podrás organizar sesiones colectivas.
Cuando te comprometes con otras personas, te dan más ganas de cumplir tus objetivos.
¡Y por fin, date unos gustos bien merecidos!
Firma un contrato contigo misma: “en cuanto logre tal objetivo, me compro este nuevo vestido/ voy al restaurante con una amiga para festejar esto/ me regalo una sesión de masaje/etc.”. Escoge algo que para ti tiene sentido y marque una nueva etapa.
EL CONSEJO DE NUESTRO COACH
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